"Todo se reduce a la esperanza" Daisaku Ikeda
lunes, febrero 28, 2011
sábado, febrero 26, 2011
Un poema de cuando tenía 20 años
DIVERTIMENTO
Hay tanta destrucción por este lado
como en los filmes americanos engendrados por Hollywood.
Las metrallas son tus besos a distancia
asediando al objeto de tu invasión oriunda.
Transporte de maleficios por un cielo señalizado
de pasos de peatón.
Y la carroña de granjeros al calor de plumas rojas
que se ocultan tras las rocosas montañas.
Y Charles Chaplin que está invitado a mi fiesta de disfraces
trajinado de damas de labios rojos y bellas piernas.
¡Alto! ¡Truhán de una Francia dieciochesca!
Luis XIV renueva el baile en el salón
del gran Führer
que se rasca la-na-riz-co-lo-ra-da.
A mí su bigote me recuerda que no viniste
al gran Congreso de trovadores en paro
¡Dejadme salir…!
¿Quién escondió las llaves del infierno
en el fondo del mar de Matarile?
Charles Chaplin y un piel roja bailan de la mano.
¡Maldición!
Olvidé mi lápiz
en el bolsillo de tu pantalón roto
y no puedo decirte al oído que Charlot ha venido
en mangas de camisa y zapatillas nike
a tocar un rock-and-roll en
la fiesta de disfraces.
Los nazis golpean a la puerta con amargura
mientras confiesan que escondieron la llave
en los sótanos del castillo de Luis XIV.
–¿Qué hace Hitler encima de mi tejado?
Dice Charles:
– “Sólo los violinistas subirán al tejado
como es de costumbre.”
Y vuelven a llamar a la puerta.
Dos veces. Dos veces. Dos veces.
Será el cartero que siempre llama seis veces
antes de tirar la puerta abajo y besarme.
Ahora los Pieles Rojas se aburren en la fiesta
aunque hay refrescos y sorpresas
y mujeres que bailan can-can.
Y me pregunto dónde estarán Charlot y Hitler.
Bailando, aunque no juntos, tras las rocosas montañosas
de Hollywod.
Pero me equivoqué de fiesta.
Y una flecha manchada de carmín me asustó
cuando salía de puntillas de este mismo infierno.
(El sentido de este viaje, Editorial Aguaclara)
jueves, febrero 24, 2011
Un poema de Juana Castro
Yo no soy de esta tierra.
Era ya extranjera en la distancia
del vientre de mi madre
y todo, de los pies a la alcoba me anunciaba
destierro.
Busqué de las palmeras
mi voz entre sus signos
y perforé de hachones
encendidos la amarga
región del azabache. Yo no sé
qué vuelo de planetas torcería
mi suerte.
Sobre el mudo desvío, sé que voy,
como víbora en celo, persiguiendo
el rastro de mi exilio.
No encontrará mi alma su reposo
hasta que en ti penetre
y me amanezca
y ría.
VULVA DORADA Y LOTOS, Sabina Editorial
- Juana Castro
miércoles, febrero 23, 2011
LA PRISA COMO ENFERMEDAD. ¿QUIERES SABER MÁS?
martes, febrero 22, 2011
POESÍA EN SIDECAR CONTINÚA
jueves, febrero 10, 2011
Encima de la mesa
Todo el amor
que me diera mi madre
encima de la mesa.
El patio del colegio, su bullicio,
el terrible silencio de mis ojos
es imagen ahora
para decir.
Con los pliegues de mi falda
y el algodón de azúcar
escribo algo sencillo:
el despertar de todo,
la mirada del cíclope,
el aleteo del mirlo,
el recorrido pertinaz de esta sangre antigua.
domingo, febrero 06, 2011
HUECO
No me cabe más luz,
el membrillo de mi tía,
o los árboles blancos de febrero.
El aforo hasta arriba de plumas:
un pájaro quiere escapar,
yo no respiro.
Esta última gota colma el espacio,
el alfiler se ahoga,
y la alegría, a borbotones,
risa del miedo
trepando por un lateral.
Metáfora de la plenitud con agujeros.
Relleno los huecos con la masa de croquetas
que me hacía mi madre.