Matrimonio en tres actos
I
A uno y otro lado de la mesa
dos extraños se pasan el salero.
De fondo un concursante abraza al periodista
feliz de haber ganado viaje para dos.
Tú te alegras:
– es tan joven.
Y vuelves a poner
la sal en su sitio
tragando el último pedazo
de carne seca.
II
No podrán con la franqueza de un mantel descolorido
la luz marchita de la tele
el programa que tanto les gustaba.
No sabrán curarse las heridas
sentados al borde del domingo.
Una planta venenosa echa raíces
y levanta las baldosas de ese patio
fregado por la noche con suspiros.
III
Un silencio que se expande como aceite
por los límites difusos del sofá.
– Hará falta mucha piel
para evitar esta muerte.
No hay nada que decir y sin embargo
las palabras se amontonan en las sienes
conjuro sin fe para un cadáver
que empieza a oler mal.
Qué decirte, María. Es un poema magnífico. Te superas cada día.
ResponderEliminarUn beso
el poema es formidable aún a pesar de su terrible escepticismo, los hay que aún creemos en la pasión atemporal.
ResponderEliminarNo importa donde coman; en casa o en un restaurante. también da lo mismo sea el almuerzo o la cena... https://blocdejavier.wordpress.com/2015/12/09/matrimonio-en-tres-actos/
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