soy capaz de vivir bajo tierra con tu rostro como única luz
he pactado con los alacranes una dulce muerte para el futuro
solo somos presente y escuchamos el caer del agua en la compuerta
este río será nuestro caudal para todas las estaciones
el trato es permanecer dentro la una de la otra como crisálidas enamoradas
tú eres mi hija pero yo soy tu hija: guíame
Llevo meses reflexionando sobre la maternidad y escribiendo sobre ello. Es una experiencia brutal. Te atraviesa, te condiciona, te transforma...
Qué ganas de darte un abrazo. un beso fuerte
ResponderEliminarCómo echaba de menos tus letras, María, y vuelves con más fuerza. Me ha emocionado, sobre todo ese verso final, que encierra una gran lección. Veo que has reflexionado y lo has hecho bien.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Gracias amigos.
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