Yo nací atada a un árbol con almendras
un tronco duro que había que limpiar en el invierno
flores blancas perfumaron
el hueco donde a veces me escondía
hundida hasta los ojos
del mar solo recuerdo el hambre
una hilera de sillas mirando el horizonte
castillos destrozados
juguetes rotos
y la sal pegándose a los cuerpos
yo nací con frío en los molares
sin tiempo de jugar a las muñecas
con el miedo disuelto
en leche de papilla
una vez fui sola al cementerio
a cambiar las flores de mi tumba
a cambiar las flores de mi tumba