"Todo se reduce a la esperanza" Daisaku Ikeda

MENOS MIEDO. RESEÑAS

Han dicho de Menos miedo:

Ivonne Bordelois, poeta, lingüista: 



Me ha gustado en particular la distancia que hay entre tus poemas, el trazo tan fuerte y franco de la mirada a tu familia, que no cede  sin embargo a ningún sentimentalismo ni ñoñería -y al mismo tiempo esa voz cóncava y tan cierta con que te aproximas a las etapas de sótano o túnel en tu vida..
Creo que sabes resguardar tu libertad y te vas dando posibilidades que nunca hubieras soñado antes, y eso es lo que importa., porque es verdad como tú dices que 
No es asunto la lírica/que nos dé beneficios:/cerrar alguna herida,/ saber de donde vienes,/reconocer la luz.../Y poco más.
Pero no es poco mujer, no es nada poco. y tú y yo lo sabemos, y bastante. Ah, y qué espléndida tu Coda. 


Elvira Daudet, poeta: Menos miedo es un poemario tembloroso y
sutil, incluso en los poemas más broncos, pero sobre todo es un libro
de gran altura lírica y vigor moral.  Lo abres, con autoridad y gran
visión poética, con dos potentes poemas que impregnan de sentido y
definen todo el libro, en mi opinión los más hermosos del conjunto.
Partida de nacimiento: "Yo nací atada a un árbol con almendras, / un
tronco duro que había que limpiar en el invierno" y  Hambre:"Porque me
amamantó / una mujer cortada en dos pedazos", versos que impresionan
por la fuerza arrolladora del lenguaje - que empalidece un tanto los
versos que vienen después-, tanto como sorprende la dura experiencia
narrada por alguien tan joven; ¿hambre mi joven y luminosa María?,
nunca lo hubiera pensado.

En esta colección de versos tan auténticos, ajenos a gangas y afeites,
hay algunos extraordinariamente bellos por su mágica sencillez: "Todo
el amor/ que me diera mi madre / encima de la mesa", tan esenciales
que son por sí mismos un poema completo. Poemas redondos, como El
dulce porvenir, Inutilidad de la poesía, El buzón vacío.  Y tantos
más, porque en este libro tan hermoso, son pocos los poemas
descartables. 


Alberto Chessa, poeta, premio Adonais:


Te felicito y te aplaudo por esta poesía hermosa, hermética a la vez que sabe enseñar sus cicatrices, con mucha luz precisamente porque no le faltan las sombras, armónica a ratos y áspera a otros ratos. El terreno de la imaginería (con ecos que dialogan, no reproducen con simpleza, los mejores momentos de Vallejo o Pizarnik, entre otros) se erige como un auténtico baldón en tu poética y nos regala a los lectores hallazgos tan contundentes como "Una vez fui sola al cementerio / a regar las flores de mi tumba" o "Mi piel sí pesa en la noche". 

En general, Menos miedo demuestra a las claras una más que saludable asimilación de los presupuestos estéticos del simbolismo. Pero no sólo, claro está. Hay aquí diluidas también las lecciones de las vanguardias y una feliz orquestación entre lo confesional (la -tu- experiencia) y lo cavernoso, el toque surreal o medidamente irracionalista. En menos palabras: para mí, lo que hace de Menos miedo un libro recio es ese equilibrio entre lo visto y lo sentido (dolido, amado), entre palpar y palpitar.

Enhorabuena. Ojalá tenga todo el recorrido que se merece. 

Reseña de Luisa Antolín Villota en su página http://saturnia-vuela.blogspot.com.es/2013_02_01_archive.html


No, el invierno no es infinito - María García Zambrano

Menos miedo

Me ha crecido una hermana de los ojos y ahora puedo
mirar el horizonte.
– ¿El invierno es infinito? – me pregunta. 
Mientras, damos de comer a dos palomas que golpean 
con su pico los cristales. 
 – Me duelen los dientes de masticar tinta. 
Me ha crecido una hermana de los ojos y ha amanecido.
La noche duraba más de un sueño, y a veces dolía
en la boca y en los párpados. 
-- ¿Podré quedarme contigo?
Me ha crecido una hermana de los ojos y ya no veo la muerte.     

No, el invierno no es infinito,  nos dice la poeta María García Zambrano con estos poemas llenos de luz y de esperanza en su último libro “Menos miedo”(Ediciones Torremozas 2012) .  Un excelente y hermoso poemario, ganador del Premio Carmen Conde de Poesía 2012. Versos contra el desaliento, la parálisis, la resignación;    versos “para este frío”, versos que nos alumbran.
“Menos miedo” es un viaje íntimo hacia la luz, la luz que es esperanza, belleza, consuelo, que nace del amor y se encarna en la palabra.  Un viaje que comienza en el  “Refugio familiar”, desde la madre-origen fuente de luz primera, que da voz y salva del abismo: “Todo el amor/que me diera mi madre/encima de la mesa/ (…) es imagen/ahora/para decir”;  “Mi madre viene desde el sueño/ y trae la luz hasta la orilla”,  “mujer volcán contra la muerte”.  Recorrido que avanza al encuentro de la  luz escondida en el silencio, el padre que“sueña con la mudez de las flores” y  “habla/ del secreto/del pájaro /que canta/en el jardín”.   

Desde el cuerpo que palpita ya recién nacido, María García Zambrano afirma la certeza de la luz, que se hace materia en la palabra poética: “Sabemos que hay luz/porque escuchamos una vez esa palabra/que nos cubrió el miedo de hojas verdes,/una palabra que ardía sola/con sólo escuchar su latido”, nos dice la poeta.   

Una palabra que ha de ser “Luz de emergencia” en estos tiempos de tinieblas, y por eso,  es necesario decir de otra manera: “No más jardín en el poema./ Ahora reinvento un lenguaje/que me asiste y acompaña/en mi peregrinar/sobre la aurora.”  
Salida Nocturna

Esta falda plisada
                                 con botines
una blusa que vaya
                                   con mis labios,
el escote imperfecto
                                    que perturbe. 

Al fondo del armario están mis ojos
cosidos con puntadas de limón. 
No los quiero abrir, me muevo a tientas.
Elijo una piel que me borre la piel. 

De esa nueva piel, desde esos ojos nace en este poemario una lengua poderosa, cargada de luciérnagas, de árboles blancos, de pájaros, de horizonte, de amor hasta los huesos: “Nace tu habla,/desafía el miedo que yace vencido, construye con el eco un muro penetrable,/anuda este vacío con los hijos del tiempo,/colma las venas de sangre traída de un viejo diccionario”.  Unos versos que son luz y la celebran: “Es hora de brindar. Ya no es la oscuridad la que me grita”.
2012

Oscuros pero no.
que el gusano no siga mordiendo en el hueso.
Ha venido la madre, el padre, la hermana
para cantar
y será niña y tendrá tus labios y dirá una palabra
y creará una estirpe de fe. 

Oscuros pero no.
Que el topo no escarbe más en tu vientre.
Ha venido el poeta, la pintora, el bailarín
para crear
y será un árbol y tendrá sol y dará sombra
y creará un surco donde la vida. 

Oscuros pero no.
Que el banquero no se lleve los dientes de leche.
Ha venido el minero, la cirujana, el labrador
para abrir
y será un pájaro y tendrá horizonte y traerá el vuelo
y más.      

Con las manos manchadas de la tinta de su vida, María García Zambrano nos recuerda en este libro faro que es preciso hoy“prender la mecha de los días”,  “encender la memoria”,  “reír con toda la piel” y recuperar la voz: “esa voz (…) potente, sonora; una voz (…) que ahora podría nombrar una puerta necesaria”. La voz que canta y queda palpitando al leer este poemario. Menos miedo.
María García Zambrano (Alicante, 1973) es profesora de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria y Bachierato.  Premio Voces Nuevas de la Editorial Torremozas (2007); tiene publicado el poemario “El sentido de este viaje” (Alicante 2007) y poemas en varias revistas y antologías.  Tiene un blog personal en donde se pueden leer sus poemas y obtener más información sobre sus publicaciones y actividades poéticas: http://partirdeahora.blogspot.be/

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