Pasaron años de vaho en la ventana y sigo trazando interrogantes, tela pegajosa que se adhirió al vientre y ahora me crecen ramas secas.
Conjugo este verbo para negar. Niego que en la esquina creciera un árbol. (Yo me guarecía, para que no me tragara el animal dormido en mi esternón, me guarecía, pero entraba con sus ojos lúcidos a devorar mis horas, entraba y yo, conjugo).
No encuentro gramática que defina estas garras.
Querida María, que no dejemos nunca de trazar interrogantes ni de conjugar verbos que afirmen que vivimos, aunque no entendamos ni media ni haya gramática que lo explique.
ResponderEliminarUn beso.
Para que buscar gramática, María, si siempre llega.
ResponderEliminar¿Qué savia aberrante hace que crezcan ramas secas?.
ResponderEliminarLo que me resulta más dificil es guarecerme de mi ser. Allá donde me meta, el muy j... se empeña en perseguirme.
Y, ademnás, con sentimientos y todo. Como si no le pesaran.
Un beso, Maria.
Poema con-jugo. A-guerrido pensamiento. Y Oh!...riginal. No, la gramática no es a veces necesaria. No siempre llega bien la savia en su ordenamiento. Esto está bién María. Que la linguística no se crea superior.
ResponderEliminarPort
Empiezo a detectar que un poema es tuyo por lo desgarrador y contundente, además de por excelentemente escrito.
ResponderEliminarMe encanta. Se te echa de menos.
luismi