Resucitas a deshora
títere que abre los ojos
perdidos en la alfombra
y en la noche.
Juegas a coser vestidos de muñeca
que no encontrarán su cuerda o su reloj,
quién sabe.
A deshora te desvelas,
y los labios gesticulan hermosos como fresas
que hubieras comprado en el recuerdo.
Despiertas fuera de lugar,
donde permanece solo el hombre que recoge sillas
y las virutas de ese cuaderno de rayas.
¿Te he dicho alguna vez que tus versos son de los que me gustan? ¿Me dejas hacer una cajita de regalo con ellos?
ResponderEliminarUn besito, guapa.
Tengo la mala costumbre de intentar entender la poesía y contigo, a veces, no lo consigo. Pero sí consigo percibir sensaciones como las que aqui me transmites, ternura al ver despertar a tu lado a la persona que comparte tu vida. No sé si es eso, pero es lo que yo capto y me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
le ha dado duro.
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