Ahí estás otra vez,
en lo alto de la noria
en lo alto de ese sueño,
en lo más alto del padre.
Flotas como un corcho en agua sucia.
Ahí estás,
en el fondo,
escondida en la memoria,
pez frágil y enfermizo,
esperando que algún día
llegue el perdón
para volver a subir
y quedarte.
Querida Maria: este poema me parece de una hermosura y profundidad increible. Solo un ser como tú, con esa sensibilidad extrema, puede ponerle estas palabras al sentimiento que las animan.
ResponderEliminarFelicidades, no tanto por la Navidad, como por escribir estas cosas.
Nos vemos yamuy pronto. Un beso.
Un poema que me obliga a leerlo una y otra vez -ya sabes que soy torpe y primaria- y en cada lectura le saco unas enigmáticas gotitas de esperanza.
ResponderEliminarUn beso fuerte