Poema escrito en jornada de huelga, y hartita ya del ruido de los helicópteros...
Escuchad ese ruido de helicóptero
que vela
por nuestra inseguridad
en este país -despiece de matadero-
sin venda o torniquete que tapone la vergüenza.
Escuchad las sirenas de los carros blindados
que velan
porque el miedo anide pronto
y nos calle la boca
y nos calle la boca
y nos calle el puño
traición de muchos que han sabido bien
traición de muchos que han sabido bien
chupar del bote
-de leche condensada-.
Pero las moscas sabrán
adonde tienen que ir.
Los helicópteros en el campo vaticinan problemas, y en la ciudad también preceden al fuego.
ResponderEliminarNos acercamos al mayo 2012: 1 de mayo, 15 de mayo...
¿Tú crees amiga que las moscas saben dónde tienen que ir? Yo siempre las veo en los ojos de los niños muertos de hambre. Parece que la lucha tan sólo sirve para sacar esos helicópteros a la calle. Y hacer ruido, mucho ruido, para que no podamos escuchar los llantos que habitan todas las esquinas. Perdona la extensión, pero tu poema resultó muy inspirador para mi.
ResponderEliminarTe agrego a mis otros mundos, con tu permiso.
Un abrazo
Nelken, los helicópteros a mí me ponen los pelos de punta... ¿Estás por aquí estas fiestas? Para vernos... Un beso
ResponderEliminarCarmen, a ver si en esta semana me pongo al día, aunque ya he entrado en tu blog y me he hecho seguidora... Tienes todo mi permiso. Un abrazo fuerte
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