Mi patria no es la lengua portuguesa.
Ninguna lengua es la patria.
Mi patria es la tierra blanda y pegajosa donde nací
y el viento que sopla en Maceió.
Son los cangrejos que corren por el lodo de los manglares
y el océano cuyas aguas siguen mojando mis pies cuando sueño.
Mi patria son los murciélagos colgados del techo de madera de las iglesias
carcomidas,
los locos que bailan al atardecer en los hospicios junto al mar,
y el cielo curvado por las constelaciones.
Mi patria son las sirenas de los barcos
y el faro en lo alto de la colina.
Mi patria es la mano del mendigo en la mañana radiante.
Son los astilleros podridos
y los cementerios marinos donde mis antepasados tuberculosos y palúdicos no
paran de toser y de temblar en las noches frías
y el olor del azúcar en los almacenes portuarios
y las tainhas que se debaten en las redes de los pescadores
y las ristras de cebolla enrolladas en la tiniebla
y la lluvia que cae sobre los corrales de pesca.
La lengua que utilizo no es ni nunca fue mi patria.
Ninguna lengua engañosa en la patria.
Ella sólo sirve para que yo celebre mi grande y pobre patria muda,
mi patria disentérica y desdentada, sin gramática y sin diccionario,
mi patria sin lengua y sin palabras.
Gracias, María, por estas joyas que nos traes.
ResponderEliminarBesos
Me he emocionado al leer este poema. Gracias.
ResponderEliminarExcelente. No lo conocía. No hay más?
ResponderEliminarBesos
Gracias, Maria, por traer este poema sin idioma, sin bandera.
ResponderEliminarMi patria es lo que ofrezco y persigo...aquello que habita en mi.
Besos y abrazos.
Magnifico poema, tampoco conocia a Ivo.
ResponderEliminarPor ello muchas gracias Maria, saludos.